Ayer
fui al Alimerca (un supermercado de ámbito local, que tiene locales en Asturias
y Galicia), pues una amiga me comento que tenían “longaniza de Aviles” que
hasta ahora me traía mi amiga Marta desde Aviles, cada vez que viaja allí, así
que me pase a comprobarlo y, efectivamente la encontré, y además la longaniza
de mi marca preferida, pues he probado otras y no me gustan tanto.
Estando
allí vi que tenían unos codillos con muy buen aspecto, no me pude resistir y
compre dos de ellos. Hoy los he
preparado para comer, los hice con una receta que hago desde hace muchos años y
que nos gusta mucho.
Aquí, el codillo lo compro siempre
fresco, me gusta más que el que venden en salmuera. Como sabréis el codillo es una parte del
cerdo ubicado entre la unión de los dos huesos de la pata, donde se forma el
codo, de ahí viene su nombre, contiene mucha grasa, eso es su mayor defecto,
pero a la vez le da su gusto y textura sin igual. Os dejo la receta que hago y
espero que si os animáis a cocinarlo estoy casi segura que os gustara.
Ingredientes: dos
codillos frescos, 1 vaso de vino tinto, pimienta
molida, 3 hojas de laurel, tomillo, pimienta negra en grano, 2 clavos, 3 ajos, aceite, sal y una cucharadita de Maicena.
Elaboración: Ponemos un poco de aceite en la olla express, y se marcan los codillos. En el mismo recipiente se agrega agua hasta cubrirlos, sal, dos hojas de laurel y unos granos de pimienta
negra y se cuecen durante 20/25 minutos, desde que la olla comienza a "pitar" pero, antes de sacarlos se pincha uno de ello con un palillo para comprobar que están blanditos y si no fuese suficiente se dejan un ratito mas.
Cuando ya están tiernos sacan y se
colocan en una fuente de horno.
Se hace una mezcla con los ajos prensados, aceite, tomillo, pimienta molida y una hoja de laurel troceada y se se unta con ella los codillos, se sazonan con sal (con cuidado, pues ya se puso sal al cocerlos), se pinchan los clavos (en un lugar visible para sacarlos antes de servir) y se mete la fuente al
horno, precalentado a 180º, calor bajo . Cuando los codillos llevan media hora en el
horno se añade el vino tinto. De vez en
cuando, se les da la vuelta y se riegan con su jugo. 15 minutos antes de terminar se pone el grill para gratinarlos. Tiempo de horno: en total unos 90 minutos, pero, como ya sabéis, depende de cada horno y del punto de cocción que mas os guste.
Cuando están listos, se sacan a un
plato, que dejamos en el horno, ya apagado, para que no se enfríen, y se desglasa la fuente,
añadiendo un poco de vino tinto en el que hemos diluimos una cucharadita de
maicena, para que espese, se rasca la fuente con una cuchara de madera para despegar las
adherencias. Este liquido, lo cuelo en un cacito, apurando bien y lo pongo al fuego unos minutos para reducirlo y se pone en una salsera
para que cada uno se sirva lo que quiera.
Como guarnición los
podemos servir con unas patatas al vapor, con lombarda, con manzana,
etc. pero hoy me he decidido por un puré de patatas, pero lo “típico” es acompañarlo con un chucrut (ver receta en este enlace)
Truco: Si os
sobrase algún trozo del codillo, lo guardáis en el "frigo" y al día
siguiente, frío, lo loncheais y sobre una cama de pepinillos finamente troceados, cebolla y unas tiritas de pimiento asado sobre una tostada de pan y tendréis un aperitivo riquísimo.